Una dieta saludable debe ser balanceada y ajustarse a tu estilo de vida. Si vives con diabetes y llevas una dieta que no se adecúa a tus necesidades, es posible que tu glucosa no se encuentre en niveles óptimos, por lo que hay que modificar hábitos y costumbres para mantener niveles adecuados de glucosa en la sangre.
Aproximadamente 80% de las personas con un diagnóstico reciente de diabetes son obesos; por lo tanto, se debe establecer un plan de alimentación con restricción calórica para llegar a un peso saludable y así evitar complicaciones.
Hay que recordar que las personas que viven con diabetes no necesitan una dieta diferente a la dieta familiar, pero sí deben tomar en cuenta recomendaciones generales dentro de su plan de alimentación:
1. Planea tus comidas de manera que contengan ingredientes saludables y no sólo lo que es más “fácil” o lo que encuentres en el refrigerador.
2. Usa un plato más pequeño, para que las porciones no sean tan grandes.
3. Mastica lenta y completamente, saboreando cada bocado.
4. Evita dulces, mermeladas y alimentos altos en azúcar, porque se absorben rápidamente y aumentan los niveles de glucosa en la sangre.
5. Procura no consumir embutidos (salchichas, jamón, chorizo, etc.), carnes grasas, manteca, margarina y otros alimentos con mucha grasa porque pueden dañar tus arterias y tu corazón.
6. Adereza tus ensaladas o alimentos con aceites vegetales como de oliva, girasol o ajonjolí, ya que carecen de colesterol y ácidos grasos esenciales. El consumo debe ser controlado por su alto valor calórico. Ingiérelos preferentemente crudos.
7. Modera el consumo de sal. Usa las hierbas y especias para condimentar.
8. Bebe abundantes líquidos, al menos 2 litros diarios, en forma de agua mineral o natural, sodas, caldos, bebidas sin azúcar e infusiones.
Consume o prefiere:
1. Alimentos con un contenido bajo en grasas, sal y azúcares, y ricos en fibra.
2. Lácteos descremados (leche, yogur y queso) en cantidades moderadas, ya que aportan lactosa (azúcar de la leche).
3. Huevo, hasta 3 unidades por semana, seleccionando preferentemente la clara, así evitas el aumento de colesterol.
4. Verduras de todo tipo y color, ya que aportan gran cantidad de vitaminas y minerales.
5. Carnes magras (con la menor grasa posible). Res, pollo y pescado, ya que son un excelente aporte de hierro y proteínas.
6. Frutas, distribuidas durante el día y en cantidades recomendadas por tu nutriólogo. Te aportan fructosa (azúcar de la fruta) y además son ricas en vitaminas, minerales y fibra.
7. Cereales y pan integrales, ya que aportan fibras y vitaminas del complejo B.
Para realizar estos cambios en la alimentación es muy importante que acudas o seas orientado por un especialista en nutrición, el cual establecerá el aporte calórico que necesitas y lo adecuará a las cantidades de cada uno de los grupos de alimentos en cada tiempo de comida.
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¡Vive Más, Vive Bien!