En nuestro país y en el mundo proliferan las enfermedades crónico-degenerativas, entre ellas la Hipertensión Arterial Sistémica (HAS), un padecimiento frecuente que constituye uno de los principales problemas de salud pública. Uno de los conflictos inherentes a su tratamiento es que la elevación de la presión arterial no produce manifestaciones clínicas relevantes de manera habitual, por lo que el paciente puede tener la falsa impresión de que su enfermedad se encuentra controlada. De esta manera, el fracaso de la terapia antihipertensiva es común y se relaciona sobre todo con la falta de apego al tratamiento.
Una de las facetas de enorme reto en el tratamiento del enfermo crónico está representada por la atención clínica, ya que se debe asegurar su permanencia en este nivel y evitar complicaciones mediante un seguimiento cuidadoso, otorgando apoyo y soporte necesarios para el paciente y la familia; ya que el manejo de la HAS incluye medidas de tratamiento farmacológico, ejercicio y dieta, por lo que su control adecuado depende del apego que se logre a las diferentes acciones prescritas. Sin embargo, ya que se requiere la adopción permanente de estas acciones, el apego al tratamiento se vincula de forma directa con el apoyo de los familiares, pues implican modificaciones del estilo de vida, que no pueden lograrse sin la participación conjunta.
Es un hecho que las personas organizamos y manejamos nuestra vida diaria bajo determinadas condiciones sociales y materiales, donde la enfermedad y su tratamiento son sólo uno de los tantos problemas que tienen que ser enfrentados en la vida diaria. Esto facilita la falla de apego del paciente al tratamiento; éstas pueden manifestarse como dificultades para iniciar el tratamiento, suspensión prematura del mismo o una implementación incompleta o deficiente de las indicaciones terapéuticas.
En conclusión, considerando la gran diversidad del arsenal terapéutico disponible actualmente para el manejo de la HAS, el éxito del tratamiento depende fundamentalmente del apego, por lo que es necesario desarrollar estrategias dirigidas a determinar cuáles son los factores involucrados para que el paciente se apegue al manejo; es preciso fortalecer la comprensión de la enfermedad y de las repercusiones que su condición trae aparejadas para su vida diaria, así como del horizonte de opciones, destacando la importancia que tiene el apoyo familiar.