Archivo de julio 2012

Apego al tratamiento del paciente con Hipertensión Arterial.

En nuestro país y en el mundo proliferan las enfermedades crónico-degenerativas, entre ellas la Hipertensión Arterial Sistémica (HAS), un padecimiento frecuente que constituye uno de los principales problemas de salud pública. Uno de los conflictos inherentes a su tratamiento es que la elevación de la presión arterial no produce manifestaciones clínicas relevantes de manera habitual, por lo que el paciente puede tener la falsa impresión de que su enfermedad se encuentra controlada. De esta manera, el fracaso de la terapia antihipertensiva es común y se relaciona sobre todo con la falta de apego al tratamiento.

Una de las facetas de enorme reto en el tratamiento del enfermo crónico está representada por la atención clínica, ya que se debe asegurar su permanencia en este nivel y evitar complicaciones mediante un seguimiento cuidadoso, otorgando apoyo y soporte necesarios para el paciente y la familia; ya que el manejo de la HAS incluye medidas de tratamiento farmacológico, ejercicio y dieta, por lo que su control adecuado depende del apego que se logre a las diferentes acciones prescritas. Sin embargo, ya que se requiere la adopción permanente de estas acciones, el apego al tratamiento se vincula de forma directa con el apoyo de los familiares, pues implican modificaciones del estilo de vida, que no pueden lograrse sin la participación conjunta.

Es un hecho que las personas organizamos y manejamos nuestra vida diaria bajo determinadas condiciones sociales y materiales, donde la enfermedad y su tratamiento son sólo uno de los tantos problemas que tienen que ser enfrentados en la vida diaria. Esto  facilita la falla de apego del paciente al tratamiento; éstas pueden manifestarse como dificultades para iniciar el tratamiento, suspensión prematura del mismo o una implementación incompleta o deficiente de las indicaciones terapéuticas.

En conclusión, considerando la gran diversidad del arsenal terapéutico disponible actualmente para el manejo de la HAS, el éxito del tratamiento depende fundamentalmente del apego, por lo que es necesario desarrollar estrategias dirigidas a determinar cuáles son los factores involucrados para que el paciente se apegue al manejo; es preciso fortalecer la comprensión de la enfermedad y de las repercusiones que su condición trae aparejadas para su vida diaria, así como del horizonte de opciones, destacando la importancia que tiene el apoyo familiar.

 

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Tratamiento farmacológico del paciente con Hipertensión Arterial.

En la actualidad existen muchas clases de medicamentos para lograr un control óptimo de la presión arterial; sin embargo, es importante remarcar que lo importante es no automedicarse, ya que sin duda, la persona capacitada para la prescripción del medicamento adecuado para cada paciente, es el médico. El especialista en la salud tomará en cuenta todas las características del paciente, para así poder indicar el medicamento ideal para cada persona.

La selección del medicamento en los pacientes hipertensos incluye varias consideraciones:

  • Los efectos favorables para el paciente
  • La seguridad y la tolerancia del fármaco
  • Su costo
  • Aspectos del estilo de vida del paciente
  • Padecimientos médicos asociados

El tratamiento farmacológico en pacientes hipertensos disminuye la presencia de complicaciones; por lo tanto, mejora la calidad de vida.

Recuerda que para información especifica acerca de un medicamento que te hayan indicado o duda con respecto a tu tratamiento médico, comunícate a PrevenISSSTE al 01 800 2000 128 opción 2,  donde una persona capacitada contestará tus dudas.

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El consumo de sal y la hipertensión arterial.

El cloruro de sodio o sal de mesa es un mineral muy importante para el organismo, ya que participa en muchos procesos celulares del cuerpo; por ejemplo, sirve para obtener el impulso nervioso y la contracción muscular, regula y mantiene el volumen de líquidos en el cuerpo y ayuda a la absorción de nutrientes. Si la sal tiene el efecto de aumentar el volumen de los líquidos del cuerpo, cuando consumimos sal en exceso afecta directamente al volumen sanguíneo, lo que provoca un esfuerzo adicional por parte del músculo cardíaco y hace que el corazón lata con mayor fuerza y frecuencia para poder repartir la sangre por todo el cuerpo, con el consecuente  aumento de la presión arterial. Es por eso que en los pacientes con hipertensión arterial el consumo de sal debe ser limitado.

Algunas opciones para disminuir o sustituir la sal de mesa son: utilizar sal baja en sodio, la cual da el sabor salado por medio de mezclas de otros minerales como el cloruro potásico y el carbonato de magnesio. O combinaciones de especias, hierbas y plantas que exaltan el sabor de los platillos. Estas mezclas, ya lista s para usarse, las puedes encontrar en los supermercados.

Es necesario aprender a vivir con poca cantidad de sal de mesa y descubrir el sabor natural de los alimentos, así encontraremos sabores nuevos, mantendremos una buena salud y nuestros niveles de tensión arterial.

 

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Síntomas de Hipertensión Arterial. ¿Cómo identificar a la enfermedad silenciosa?

La hipertensión muchas veces no presenta síntomas definidos, sin embargo puede producir cierto tipo de molestias que pueden alertarnos de que algo anda mal. La presión puede cambiar de un momento a otro dependiendo de la actividad, estados de animo, con cambios de posición, con ejercicio o durante el sueño. La gente con presión alta no tiene que ser exageradamente ansiosa, compulsiva o «nerviosa».

En ocasiones se puede tener la presión arterial alta y no saberlo, ya que usualmente, no presenta síntomas. Por eso se le llama «la muerte silenciosa».

Algunos de los síntomas a los que debemos poner atención son:

  • Ansiedad.
  • Dolores de cabeza (cefalea).
  • Fatiga.
  • Confusión.
  • Visión borrosa o visión de «luces».
  • Náuseas.
  • Vómitos.
  • Dolor de pecho.
  • Zumbido de oídos.
  • Hemorragia nasal.

Si llegas a presentar alguno o varios de estos síntomas, mídete la presión y acude a tu médico para que te revise y en caso de tener hipertensión arterial, inicies tu tratamiento lo antes posible.

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El empoderamiento en pacientes con Hipertensión Arterial.

El empoderamiento reconoce el derecho que tienen los pacientes con Hipertensión Arterial Sistémica (HAS) a ser ellos los principales actores en la toma de decisiones para el control de su enfermedad. El empoderamiento significa en este aspecto generar, fomentar y reforzar en los pacientes las habilidades para la toma de decisiones en forma autónoma e informada respecto a su salud; es decir, se les traspasa a ellos la responsabilidad de decisión.

Aunque es el médico siempre el responsable de la medicación correcta y de las recomendaciones sobre la actividad física y la dieta, el cuidado de la HAS depende sólo de la propia persona, al decidir qué comer, cuánto ejercicio hacer y la toma adecuada de sus medicamentos.

El autocuidado de la HAS es una responsabilidad personal, que no es negociable, ni intransferible, ni se puede huir de ella; el empoderamiento ayuda a las personas con esta enfermedad a encontrar las formas más eficaces para llevar a cabo modificaciones hacia un estilo de vida óptimo para esta enfermedad.

Además de mantener informado al paciente sobre su enfermedad y los factores de riesgo, se debe de identificar cómo influye la HAS en su vida personal, social, laboral; sus sentimientos, sus intereses y evaluar cuáles son los principales obstáculos que surgen para asumir su autocuidado. Así como motivar a los pacientes a tomar la decisión de llevar a cabo una vida activa que favorezca la autoestima, el autoconcepto y el autocontrol, lo cual permite el desarrollo de prácticas de autocuidado.

Platica con tu médico la manera en la que puedes iniciar con este proceso y si es necesario, busca ayuda para tomar las decisiones adecuadas para que tu hipertensión esté controlada.

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Sobrepeso, obesidad y presión arterial.

Como sabemos el corazón es un músculo que bombea sangre por todo el cuerpo humano; cada sistema, órgano y célula reciben el suministro de sangre que les hace llegar. Cada latido se compone de dos movimientos: sístole o contracción y díastole o relajación, que son las acciones por las cuales la sangre es distribuida por el cuerpo. De acuerdo a la velocidad en que el corazón haga estos movimientos es como podemos medir la Presión Arterial, que normalmente debe de estar alrededor de 120/80 mmHg (120 sistólica, 80 diastólica).

La grasa o tejido adiposo que tenemos en el cuerpo tambien recibe suministro de sangre, por lo tanto entre más tejido adiposo tenemos en el cuerpo, más tiene que trabajar el corazón para hacerle llegar la sangre; esto hace que la presión arterial incremente y el corazón trabaje a marchas forzadas pudiendose desarrollar alguna enfermedad, la mas común es la Hipertensión Arterial.

Por cada 10% de incremento del peso, la presión arterial se aumenta 6.5 mmHg, el colesterol 12 mg/dl y la glucosa 2 mg/dl. Esto es muy significativo, ya que el aumento de peso condiciona que se elevan los niveles de glucosa y colesterol. Adicional a esto, se ha observado que la obesidad ayuda a que se desencadenen una serie de acciones en el organismo, como resistencia a la insulina y una secreción elevada de la misma. Esta elevación hace que el riñon no elimine el exceso de sodio o sal del cuerpo, lo cual afecta directamente en la elevación de la presión arterial.

Debido a todo esto, si tienes sobrepeso u obesidad te recomendamos bajar al menos el 10% de tu peso (para empezar) y reducir la cantidad de sal de nuestra dieta para evitar el aumento en la presión arterial.

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Tensión Arterial. Valores normales y cómo medirla.

La tensión o presión arterial se le llama a la fuerza con la que la sangre empuja las paredes de los vasos sanguíneos y lleva la sangre a todas las partes del cuerpo. Ésta se compone por dos valores: la presión sistólica, que es la fuerza con la que el corazón manda la sangre al organismo y es el valor más alto; la diastólica que es la resistencia que presentan los vasos sanguíneos a la llegada de la sangre y es el valor más bajo que se obtiene.

Los valores normales de la presión arterial varían dependiendo de la actividad física, la hora del día, la condición física, la edad y en el caso particular de las mujeres por embarazo. Estas condiciones pueden modificar estos valores sin que esto indique necesariamente  alguna enfermedad.

Los valores normales van desde 90/50 mmHg (milímetros de mercurio) hasta 135/85 mmHg. Considerandose como una media la de 120/80mmHg, rango de 120-129/80-84 mmHg.

Los factores que pueden alterar la presión arterial sin que se llegue a hablar de una enfermedad de los vasos sanguíneos son:

Ansiedad, ruido, dolor,miedo, ejercicio, posición corporal, ingesta abundante de líquidos o sal, cafeína, alcohol o tabaco.

¿Cómo medir la presión arterial?

La presión arterial se mide mediante un aparato demoninado baumanómetro; los hay de muchos tipos pero los más confiables son los que están formados por un manguito de caucho unido a un brazalete de tela que incorpora una goma infable y un sistema de medición (reloj o columna de mercurio) en contacto con el brazalete.

Cuando se tome la presión arterial se recomienda descansar por un periodo de 5 minutos para regularizarla.

El procedimiento para obtener la presión arterial:

1. Coloque el brazo a la altura del corazón, apoyándolo en una mesa o el brazo del sillón.

2. Se pone el brazalete alrededor del brazo desnudo, entre el hombro y el codo.

3. La campana del estetoscopio se coloca en la cara interna del codo, justo por debajo del brazalete del baumanómetro.

4. A continuación se bombear el manguito con rapidez hasta que no sienta el pulso en la muñeca.

5. Después se desinfla el manguito lentamente, haciendo que la presión disminuya 2 a 3 mmHg por segundo.

6. Debe escucharse el sonido del pulso conforme cae la presión.

7. Al escuharse el primer ruido anote la presión, que es la presión máxima o sistólica. Siga desinflando, cuando se escuche el último ruido, anote de nuevo la presión, que es la presión mínima o diastólica.

Actualmente existen baumanómetros digitales que toman la presión arterial automáticamente, pero suelen tener mayor margen de error.

Si usted tiene alguna duda, puede preguntarle a su médico o pedirle asesoría para tener una demostración práctica de toma de presión arterial, ya que si usted es hipertenso, es necesario estar midiendo frecuentemente su presión para saber cuál es su nivel normal. Recuerde que el automonitoreo es importante.

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Consejos de alimentación para mantener una tensión arterial saludable. (Segunda de dos partes).

El exceso de sodio, un componente de la sal de mesa, hace que la presión arterial aumente en personas con hipertensión; es por eso que es importante disminuir su consumo al mínimo. Es necesario encontrar el verdadero sabor de los alimentos; la sal no es el único condimento.

Puedes condimentar tus alimentos, en especial la carne (blanca o roja), con especias como pimienta, jengibre, ajo, salvia, mejorana, laurel, orégano, hierbabuena, menta, albahaca, aceite de olivo, etc. Recuerda que la carne y las verduras tienen su propio sabor y no es necesario ponerles sal para disfrutarlos.

Si vas a preparar verduras o carnes, opta por la cocción al vapor antes que la hervida, ya que el agua diluye el sabor de los alimentos y los vuelve insípidos.

Las personas con hipertensión en ocasiones son tratadas con medicamentos que contienen diuréticos para reducir la retención de líquidos que provocan edema (hinchazón) en piernas, brazos o cara. Los diuréticos se encargan de eliminar agua a través de la orina, y muchas veces se pierden grandes cantidades de potasio a través de la misma.

El potasio es un mineral muy importante en la contracción de los músculos, por lo que es necesario reponerlo. Hay que recordar que el corazón es un músculo y necesita de potasio para trabajar de manera adecuada.

Para ingerir una cantidad adecuada de potasio se recomiendan:

  • Leguminosas (chícharo, haba, lenteja, frijol y soya)
  • Nueces y almendras sin salar o industrializar
  • Plátano, guayabas, melón, fresas
  • Naranjas y jitomates (tomate rojo)
  • Papa y camote

Recuerda que es importante que los cambios de alimentación sean supervisados por un nutriólogo, para que conozcas las porciones adecuadas y las combinaciones que puedes hacer con estos alimentos.

Un cambio a tiempo puede ayudarte a tener una mejor calidad de vida en el futuro.

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Consejos de alimentación para mantener una tensión arterial saludable. (Primera de dos partes).

Imagen

Se ha demostrado que un estilo de vida saludable y cambios en la dieta ayudan a tratar y, a menudo, a retrasar o prevenir la presión arterial alta. A las personas con hipertensión se les recomienda disminuir el consumo de sodio para su control, así como aumentar los alimentos ricos en potasio y mantener un peso saludable.

La recomendación de ingesta diaria de sodio es de 1500 a 2300 mg al día.

Se debe llevar una dieta rica en frutas, verduras, granos enteros y lácteos de bajo contenido en grasa.

Evitar el consumo de alimentos por su alto contenido en sodio como:

Sal de cocina y de mesa, sal marina y sal yodada Papas fritas y botana
Enlatados salados (en   salmuera o por condimentación) Comidas rápidas (altas en sodio y grasa)
Carnes saladas o ahumadas Agua gasificada y agua mineralizada
Pescados ahumados o desecados Mantequilla salada o margarina con sal
Embutidos, jamón y quesos maduros Sopas comerciales (sobre, lata o bote)
Purés instantáneos Salsa de soya, salsa inglesa, salsas comerciales, pepinillos y   mostaza

 

 

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¿Qué es la hipertensión?

La presión arterial se define como la cantidad de presión que se ejerce en las paredes de las arterias, al desplazarse la sangre por ellas. Y ésta se mide con un baumanómetro (imagen) y se lee en milímetros de mercurio.

Se tienen dos lecturas de presión arterial: la presión sistólica es cuando el corazón está contraído expulsando sangre; y la presión diastólica, que es cuando el corazón está relajado. Éstas son las presiones que se miden y normalmente los resultados se muestran en el siguiente orden, primero la presión sistólica y luego la diastólica.

La hipertensión se define como una presión arterial sistólica de 140 mmHg o superior y/o una presión arterial diastólica de 90 mmHg superior. Esto en personas que no están tomando medicamentos para controlar la presión arterial.

La hipertensión arterial es una enfermedad crónica, caracterizada por elevación de la presión arterial y sólo en un 5% de los casos se encuentra una causa. En el resto, no se puede demostrar la causa de la enfermedad. Normalmente, la tensión arterial alta no causa síntomas hasta que alcanza un nivel muy alto, lo cual es preocupante, ya que generalmente esta enfermedad se diagnostica por casualidad y en muchas ocasiones ya hay complicaciones de esta enfermedad o incluso al llegar al hospital y es ahí donde se realiza el diagnóstico.

La hipertensión arterial es un factor de riesgo muy importante para el desarrollo de enfermedades cardíacas, renales y cerebrovasculares; de ahí la importancia de llevar un control adecuado de la enfermedad, siguiendo las indicaciones que el médico proporcione, así como una dieta adecuada reducida en sodio.

Es muy importante que te realices una medición de la presión arterial periódicamente, para estar seguros que estás en parámetros normales.

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